lunes, 8 de noviembre de 2010

Y que se me rompe el corazón… y siento como con cada segundo que tarda en irse se va con él un pedacito de lo que siento justo en la boca del estomago y frente a mis pulmones, sea o no sea anatómicamente correcto.Estoy perdiendo a mi mejor amigo, mi primer amor, la compañía fiel de un sábado de flojera, los besos mas dados, y me refiero a dados cuando se entrega completo al ser en este acto,  se está yendo la alcancía de amor como le dice mi hermana, el negrito como le dicen otros y mariano como lo conocen todos.Se va porque ya cumplió en la tierra como el mejor amigo del hombre, porque entregó más años de los que se le pronosticaban y ayudo a una familia, mi familia, a estar bien. Se fue con honores, despedido entre abrazos cariñosos y besos absorbentes, y se fue a un lugar mejor donde las articulaciones no duelen, el pollito no se acaba, los cariños no cesan, la vista regresa y se puede hacer pipi en todos lados.Se fue a cuidar nuestro lugar en la fila para entrar al paraíso y a velar nuestros sueños para que mama duerma bien.¿Cómo será el cielo de los perros? … no lo sé y si alguien lee esto me gustaría que escribiera lo  que se imaginan,  lo que sí creo del cielo de los perros es que seguro estará más lleno que el de los humanos, porque si amaramos como ellos, el mundo sería una cosa completamente diferente.Gracias Marianito por enseñarme a ver el mundo a través de los ojos del alma…y mostrar que la felicidad es más sencilla de lo que creemos, una buena comida, tener a todos en casa, un beso, una caricia, un paseo en coche, cosas simples y sencillas pero inmensamente perfectas, tan perfectas como tú.

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